Dormir y comer en Santander como un rey

En colaboración con «Kilómetros que cuentan» de Goodyear, te presentamos una pequeña guía con los mejores lugares para comer en Santander, y también para alojarse y dormir.

Introducción

Santander, capital de Cantabria, está situada al norte de España pero orientada al Sur, hacia la bahía (del Club de las Bahías más bellas del mundo). Su fisonomía urbana, alargada en busca del agua, viene ligada a su carácter marinero y portuario, con claras influencias en su rica gastronomía.

Santander fue, siglos atrás, el puerto por el que los productos de Castilla salían al exterior, además de canalizar el comercio con las colonias americanas. Ello contribuyó al despegue económico de esta ciudad marinera, en la que los indianos dejaron su impronta señorial.

Más adelante, el impulso de Santander a nivel turístico vendría de la mano de dos monarcas:

  • Isabel II, quien en 1861 decidió pasar unos días estivales disfrutando de las propiedades terapéuticas de los baños de ola en las playas del Sardinero.
  • Alfonso XIII, quien con sus asiduas estancias convirtió a Santander en la corte estival y por tanto en un selecto centro de veraneo.

Hoy ya no vienen los monarcas ni la corte, pero algo ha quedado de su porte regio, y sigue habiendo ilustres visitantes.

Despertarse en Santander: los raqueros
Escultura de los raqueros, en el muelle de Calderón, junto a la bahía de Santander.
Foto: Luis Fernández del Campo

Alojamiento

En tu visita a Santander, puedes encontrar alojamiento de todos los estilos y precios, de entre los cuales te recomiendo los siguientes hoteles con especial personalidad:

– Hotel Santemar: es el más grande del norte de España. Moderno, cómodo, funcional, con vistas al mar, situado junto a la playa del Sardinero. Amplias habitaciones, lo certifico, con camas de 2 x 2 m. Además, tiene una potente conexión wi-fi gratuita, y les puedes contactar vía twitter para todo lo que necesites. Es sin duda el hotel más tuitero. Organizan muchas actividades temáticas (Halloween, San Valentín, jornadas gastronómicas de caza, etc.) y cuenta incluso con un servicio de alquiler de bicicletas eléctricas.

Dormir en Santander: Hotel Santemar
Vistas de la playa del Sardinero, desde el Hotel Santemar. Foto: Luis Fernández del Campo

– Hotel Chiqui está al final de la 2ª playa del Sardinero, es de construcción moderna. Tiene las mejores vistas sobre el mar de toda la ciudad, divisándose las dos playas del Sardinero, la península de la Magdalena, la isla de Mouro, la entrada a la bahía y hasta el cabo de Ajo. La única desventaja es que estás en un extremo de la ciudad, aislado del mundanal ruido… salvo que sea eso justo lo que buscas.

– Gran Hotel Sardinero: situado frente al Casino y junto a la 1ª playa del Sardinero. Rememora el estilo “Belle Epoque” de la época en que veraneaba Alfonso XIII en el Palacio de la Magdalena y toda su corte en los alrededores. En 2010, en lugar de rehabilitar el edificio clásico de los años 20, al que ya se le habían hecho muchos arreglos y “parches”, la propiedad prefirió derribarlo y construirlo de nuevo, acorde a los planos originales, pero con la tecnología y comodidades actuales (como el wi-fi gratis). El resultado es un hotel con todas las comodidades modernas ambientado en la época del veraneo real, a juego con su vecino Hotel Hoyuela.

Gran Casino del Sardinero y Gran Hotel Sardinero, al amanecer.
Gran Casino del Sardinero y Gran Hotel Sardinero, al amanecer. Foto: Luis Fernández del Campo

– Le Petit Boutique Hotel: era el hotel más pequeño de Santander (con 7 habitaciones), y solo 1 estrella, aunque recientemente duplicó su capacidad, anexionando el edificio contiguo. Su ubicación junto a los jardines de Piquío, junto con el detallismo y mimo de sus anfitriones hace que sea el mejor valorado de toda la ciudad en Trip Advisor. Por algo será.

– Hotel Bahía: sin duda, tiene las mejores vistas sobre la Bahía de Santander. Es un hotel moderno, amplio y cómodo, con wi-fi gratuito, situado junto a la Catedral y los jardines de Pereda. Su céntrica ubicación te facilita ir andando a todos los sitios de interés. Espectacular buffet de desayuno, con productos autóctonos de Cantabria (sobaos, quesos, etc.).

Comer en Santander: cocido montañés, pescado y marisco

En Santander, como en toda Cantabria, destaca la buena calidad de sus alimentos y el buen hacer de sus restauradores. Los santanderinos presumimos de que en cualquier bar o restaurante al que se entra, aún a ciegas, sabes que comerás bien y a precio razonable. Y, en efecto, así sucede. Sería muy larga la lista de sitios para comer (bien) en Santander, no obstante me atrevo a recomendar algunos de mis imprescindibles.

Cocido montañés
Cocido montañés: el plato estrella de la gastronomía cántabra. Foto: Luis Fernández del Campo

El plato estrella de la gastronomía de Cantabria es el cocido montañés, un guiso de cuchara, con una base de alubias y berzas, más el “compango” compuesto por morcilla, chorizo, costilla adobada y tocino. Un plato que te carga de energías para turistear por la ciudad, subiendo y bajando a pie sus numerosas cuestas. Mis favoritos en la ciudad son los de “Bodega Fuente De”, “La Pirula”, y «Casa Mariano». Normalmente, después de un par de platos (porque te suelen dejar el puchero en la mesa para que repitas hasta vaciarlo), no te cabe más que el postre, o un digestivo orujo de Potes.

Los pescados y mariscos son otra parte fundamental de la gastronomía montañesa. Además de poder degustarlos en todas partes, hay tres zonas marineras por antonomasia, donde se concentran los establecimientos de pescados: el Barrio de Tetuán (cercano a Puerto Chico), el Barrio Pesquero, y La Maruca.

Comer en Santander: Parrillada de pescado
Rodaballo a la parrilla en la Calle Tetúan. Foto: Luis Fernández del Campo

Restaurantes recomendados

– En la zona de Tetuán, te recomiendo “Marucho”, que es uno de los más populares. No reservan mesa por teléfono, por lo que tendrás que ir allí y hacer cola, o tapear mientras esperas en otro de los bares cercanos.

– En el Barrio Pesquero, que es donde viven los pescadores y atracan sus barcos, hay muchos restaurantes, con asadores de sardinas y bonito al aire libre. También es tradicional elaborar gigantescas paellas marineras. Mis favoritos son “El Muelle”, “Los Peñucas” y “La Chulilla”.

– En la playa de La Maruca, mi favorito es “Las Olas”. Ahí lo ideal es que pidáis unas raciones (rabas, mejillones, almejas a la marinera, etc.) como entrante y luego como plato principal una parrillada de pescados del día (lubina, jargo, machote, etc.). Y si dispones de más presupuesto, una de marisco, que también es una buena elección, para compartir entre todos.

Santander también destaca por la calidad de sus carnes, criadas en sus verdes e inmensos prados. Algunos locales para degustar buenos chuletones de buey o de ternera tudanca son “Bodega El Riojano”, un local histórico, con su Museo Redondo (una colección de obras de arte pintadas al óleo en sus barriles), o el “Mesón Goya”.

Picoteo y comer en Santander: no solo rabas

Otra opción para comer en Santander es ir de pinchos o raciones. La oferta gastronómica en torno al tapeo es inmensa, y daría para otro post completo. Pero no quiero dejar de mencionaros los grandes clásicos como “La Radio”, “Bodega La Conveniente”, “Cañadío”, “Casa Lita”, “Casa Ajero”, “Solórzano”, “La Cátedra”, “Arrabal 21”, etc. Hay un sinfín de bares en los que ir abriendo boca antes de ir a comer, o ir directamente para picar algo con los amigos.

Comer en Santander: empezamos por unas rabas
Cañas y rabas, en la Playa de la Magdalena. Foto: Luis Fernández del Campo

Déjate llevar por los consejos de los santanderinos, y si no tienes un amigo local que te haga de cicerone, te recomiendo contratar la ruta «Saboreando Santander» que organiza Smart Tour Santander. Aunque nuestra tapa oficial son las rabas, hay mucho más que degustar en Santander, anímate a descubrirlo.

¿Y ahora? ¡manos a la obra!

Si en este momento estás salivando, habré conseguido mi objetivo: que vengas a comer y a dormir a Santander. Espero que pronto nos veamos por Santander tomando unos pinchos o haciendo la digestión con unos largos paseos a lo largo de la bahía. Si estás pensando en venir, no lo dudes, hazlo ya mismo. Y si quieres aprovechar más tu estancia, puedes contratar actividades en la ciudad, a través de la web de Civitatis.

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