La Cueva de la Ramera, ubicada en la serranía de Cuenca, es una pequeña joya conquense a medio descubrir. El misterio y la leyenda acompañan desde el principio la visita a este mágico lugar. Empezando por su toponimia, de la que existen, al menos, dos versiones. Una explica cómo un amor imposible entre una plebeya cristiana y un príncipe árabe hizo que éste acabara aislándola en la cueva con todo un séquito a su servicio, parece ser que para protegerla de los agravios de la gente del pueblo, quienes se erigieron en jueces de este amor con insultos a la enamorada al grito de ¡ramera!. Una segunda versión asegura que una pastora un tanto despistada se salvó de despeñarse gracias a que quedó colgando de una planta, matorral conocido con el nombre de ramera (porque los pastores arrancaban ramas de ella para pastorear). Seguro que todavía hay más historias, ¿conoces alguna?
Por el sendero ya vamos disfrutando de la flora autóctona (encina, enebro, matorrales de tomillo, romero y salvia). Pero también nos flanquean arces, sauces, avellanos, acebos, mostajos y, de forma menos frecuente, tejos. Algunos de estos mágicos árboles están dotados de oídos que escuchan nuestros pasos al acercarnos, y el run run del agua del río a la vera del camino pone la banda sonora al paseo.
Acompañados (y mimados) por el equipo de GEAventura, co-patrocinadores del blogtrip #CuencaEnamora, seguimos visitando el Parque Natural de la Serranía de Cuenca. Ahora nos dirigimos a la localidad de Las Majadas, donde visitamos Los Callejones (notable ejemplo de modelo kárstico con pasajes, arcos, monolitos y puentes) y el Mirador del Tío Cogote, o popularmente llamado Mirador de Las Majadas, que son otros de los secretos quizás por descubrir de las maravillas naturales conquenses.
Acostumbrados como estamos a conocer a Cuenca por su «Ciudad Encantada», sorprende encontrar un conjunto pétreo como Los Callejones de las Majadas, similar pero de mayor superficie y mucho más relevante por su interés geomorfológico que la anterior, y que en cambio es de acceso gratuito. Aunque no hay mucha dificultad para recorrer este lapiaz calcáreo (que es como se le llama técnicamente) con curiosas estructuras geológicas, recomiendo hacerlo acompañado por un guía especialista, como el propio Álvaro Alfaro de GEAventura (a quien habrás visto en el video que ilustra este post), ya que si no se puede convertir en un auténtico laberinto. Además de no perderte, el guía te ayuda a localizar las formaciones rocosas con formas más singulares, estimulando tu imaginación.
Muy cerca de allí, merece la pena acercarse a visitar el Mirador del Tío Cogote, desde el que se divisa una magnífica vista sobre el cañón del Río Júcar. Cómodamente ubicado tras las barandillas allí dispuestas, es un magnífico observatorio para divisar, desde lo alto, las evoluciones en el aire de los buitres leonados aprovechando las corrientes del valle. Si lo deseas, puedes acercarte al borde (eso sí, con mucha precaución) y disfrutar del hermoso panorama en plena naturaleza conquense.
Estos son solo algunos de los múltiples recursos que presenta la provincia de Cuenca en cuanto a ecoturismo, una provincia que merece la pena conocer bien, más allá de su capital, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996. Pero eso, ya será cuestión para otro post.
¿No crees tú también que … #CuencaEnamora?
Impresionante Cuenca, toda una zona por descubrir.